04 May Densificación equilibrada y el encuentro en las ciudades
Por Sergio Montes, socio Inmobiliaria Regenera
No sólo entre los urbanistas existe gran consenso en que la densidad de un barrio es muy positiva para la calidad de sus espacios públicos; este principio se ha visto comprobado en cada rincón del mundo por una migración sostenida hacia polos más urbanizados, más equipados, más densos. Polos que tienen espacios públicos que aportan a una mejor calidad de vida.
La “vida social entre los edificios” -término acuñado por el urbanista danés Jan Gehl, entendiendo por ello el que las calles y veredas de una ciudad estén vivas, transitadas por personas que aporten vigilancia, alegría a sus vecinos, ventas a los comercios, entre otros- sólo va a surgir si existen usos mixtos y, con ellos, diversidad de personas que transiten a distintas horas: universitarios, trabajadores, oficinistas, comerciantes, dueñas de casa, artistas, niños. También se necesitan calles interesantes, ojalá un entramado fino de calles que permita ir variando de camino fácilmente, encontrando locales comerciales nuevos, restoranes o distintos lugares de interés. Aquí la densidad surge como condición necesaria para que en esos espacios coexistan una cantidad razonable de personas para poblarlos y vitalizarlos.
Como señaló el arquitecto Alejandro Aravena en una reciente entrevista en La Tercera “una ciudad, en esencia, es una concentración de oportunidades. ¿Por qué vivimos en ciudades? Porque cualquier indicador que tú tomes de bien común -acceso a servicios básicos, a sanidad pública, a educación, creación de riqueza, de conocimiento, de masa crítica- mejora si la gente está concentrada en el espacio.”
La pandemia y sus cuarentenas nos han distanciado temporalmente de nuestros espacios públicos, y nos han hecho valorar -tal vez en exceso- el distanciamiento social. Pese a que se han visto subtendencias -en mi opinión temporales- que valoran el retirarse a suburbios peor conectados para tener más espacio privado, la naturaleza social humana hará que una de las primeras cosas en volver a la normalidad, sea la búsqueda de estos espacios de encuentro social, con la ciudad y los barrios como su mejor incentivo.